viernes, 1 de octubre de 2010

La unidad republicana y democrática de América Latina

El criollo Francisco de Miranda planifica una potencia latinoamericana independiente de talla continental: “en la parte norte, la línea que pase por el medio río Mississippi desde la desembocadura hasta la cabecera del mismo y partiendo de ella siguiendo la misma línea recta en dirección del oeste por el 45° de latitud septentrional hasta unirse con el mar Pacífico. Al oeste, el Océano Pacífico desde el punto arriba señalado hasta el Cabo de Hornos incluyendo las islas que se encuentran a diez grados de distancia de dicha costa. Al este, el Océano Atlántico desde el Cabo de Hornos hasta el golfo de México y desde allí hasta la desembocadura del río Mississippi. No están comprendidas en estas demarcaciones Brasil y Guayana”. Excluye a Brasil por soslayar posibles conflictos con la monarquía portuguesa y sus protectores ingleses; a Guayana, por no ampliar el conflicto con los franceses. La capital del nuevo cuerpo político estará el centro geográfico y estratégico de Panamá. Colombia, como bautiza a su ciclópeo proyecto, no sólo implicará un vuelco geopolítico: también supone un giro político de magnitud equiparable. Enarbola la ecumenicidad de la Razón. No se limita a desligar un mundo de las cadenas que lo atan a las antiguas coronas: osa aniquilar el concepto mismo de monarquía; cambia al súbdito en ciudadano y transmuta a éste en soberano. En el segundo proyecto de la Colombia mirandina, tanto el poder Ejecutivo, integrado por dos Incas, como su cuerpo legislativo compuesto de representantes nombrados por Asambleas Provinciales o Amautas, serán alternativos y electivos. Para perfeccionar su plan redacta apuntes sobre la América Española, en los cuales asienta el “total del número de almas”, que estima en once millones, la población de las principales ciudades, los productos, el valor de las mercancías que importa de Europa, la Fuerza militar y marítima (Miranda: 47-125). Según comenta Christian Ghymers “este filósofo epicúreo, al origen de la emancipación hispanoamericana, este mártir de la independencia de Venezuela fue el primero en proponer una constitución democrática para el conjunto integrado de los pueblos latinoamericanos y en concebir instituciones locales compatibles con un gobierno supranacional” (Ghymers: 35).



Extraído de: http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2010/09/catalina-ii-de-rusia-la-independencia.html

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